La decoración duró unas 4 horas, aunque tuve un par de problemas logísticos que hicieron que la cosa se alargara un poquito, pero este es el resultado. La verdad es que estoy bastante orgullosa y contenta; todo el, mundo estaba encantado y mi marido, que al fin y al cabo era para quién lo había hecho, se sorprendió muchísimo y le hizo mucha ilusión. No en vano le encanta la novela de Lewis Carroll.

Y aquí os dejo mi creación, espero que sea de vuestro agrado!
Por cierto, el pastel estaba relleno por crema pastelera y había utilizado ganaché de chocolate con leche como frosting. Además, el fondant tenía un sabor a limón buenísimo. Todo el mundo encantado!